Tras conocer lo que el cliente necesita y lo que busca, nos ponemos manos a la obra.
Primero, si hay deterioro exterior comenzamos con una buena limpieza con máquina a baja presión, y cepillos. Para desprender cualquier material que no esté fijado correctamente al edificio.
En todos aquellos, desperfectos que se hayan podido encontrar, se enfoscarán con mortero basado en arena, cal y cemento, siempre manteniendo la misma textura original. En algunos casos se uso la masilla de resina de fibra, según pida el paramento.
Continuamos, con la aplicación del fijador en las zonas reparadas, para sellar bien todas esas zonas, normalmente con una mano es suficiente.
Y para finalizar, realizamos el pintado de las zonas escogidas por el cliente, con una pintura especial para fachadas con polisiloxanos al agua, un recubrimiento acrílico mate a base de un copolímero acrílico modificado con un ligante a base de resina de aditivitos de silicona en base acuosa. Esta pintura sirve, como hemos dicho, de protección tanto para construcciones modernas como algo más entradas en años.